El hombre y la realidad
María Zambrano piensa que el hombre no está en contacto directo con la realidad, sino que este contacto está mediado por la inteligencia. La relación entre el hombre y la realidad depende de cómo el hombre comprenda la realidad y se comprenda a sí mismo, por eso en esta relación el hombre se juega la orientación de toda su vida.
Las cosas no tienen inteligencia, no están abiertas a la realidad, por eso no tienen libertad. Sin embargo el hombre es libre. La libertad es la nota característica del ser humano. Esta libertad es posible gracias a la inteligencia, que nos da cierta distancia con respecto a la realidad. Como seres libres tenemos que construir nuestra propia vida, tomar decisiones y opciones e ir recorriendo nuestro camino. Pero para ello nos hace falta luz, luz para entendernos a nosotros mismos y para descubrir qué es la vida y cómo tenemos que vivirla. La luz nos viene regalada, y nos toca a nosotros acogerla en nuestra vida. Y esa es la tarea de la inteligencia: acoger la luz que se nos da de tal manera que podamos ver y conocer quiénes somos y cuál es el sentido de nuestra existencia.
Mas hay muchos modos, y muy distintos entre sí, de ejercer la inteligencia, muchos modos de conocer la realidad y de entender la vida. No todos estos modos son igualmente humanos, es decir, no todos dan cabida a la luz y acogen la verdad. Por eso el empeño de Zambrano será encontrar el modo más humano de acoger a la verdad que se nos regala en el corazón para transformar la vida y la sociedad, construyendo así un mundo más humano en el que podamos ser personas.