La razón poética
El punto central de la filosofía de María Zambrano es la razón poética. Para María Zambrano toda la historia de la filosofía, que ha configurado la historia de occidente, arrastra tras de sí una condena. La poesía y la filosofía son dos modos diversos de conocer la realidad. Estos dos modos de conocer la realidad entran en conflicto en el pensamiento de Platón, y sale victoriosa la filosofía, resultando así la condena de la poesía. Esta condena carecería de importancia si no se estuviera jugando en ella algo fundamental: la integridad del ser humano. María Zambrano considera que con la condena de la poesía el que ha quedado condenado ha sido el hombre, o al menos algunas dimensiones del hombre. Sólo lo racional ha podido continuar su camino; el sentir, el corazón y las entrañas han sido condenados. La razón racionalista ha creído no necesitar de la carne, y la ha abandonado. Y el resultado ha sido un mundo en el que el hombre continua sin encontrar su verdadero lugar y sin poder realizar su vocación.
Por todo ello, es urgente rescatar lo que ha sido históricamente olvidado, para lo cual habrá que ejercer un nuevo modo de conocimiento de la realidad, diferente al de la razón que ha dejado fuera de sí al corazón. Ese nuevo modo de conocimiento es la razón poética. Filosofía y poesía no tienen porque caminar separadas; es más, si el hombre quiere vivir plenamente, debe aprender a armonizar ambas. La razón poética es la conjunción de filosofía y poesía, y a través de la razón poética pretende María Zambrano iniciar el proceso de salvación de aquello que había sido condenado en el hombre. La filosofía de María Zambrano pretende ser filosofía salvadora.
Podemos caracterizar la razón poética señalando las siguientes características:
El punto central de la filosofía de María Zambrano es la razón poética. Para María Zambrano toda la historia de la filosofía, que ha configurado la historia de occidente, arrastra tras de sí una condena. La poesía y la filosofía son dos modos diversos de conocer la realidad. Estos dos modos de conocer la realidad entran en conflicto en el pensamiento de Platón, y sale victoriosa la filosofía, resultando así la condena de la poesía. Esta condena carecería de importancia si no se estuviera jugando en ella algo fundamental: la integridad del ser humano. María Zambrano considera que con la condena de la poesía el que ha quedado condenado ha sido el hombre, o al menos algunas dimensiones del hombre. Sólo lo racional ha podido continuar su camino; el sentir, el corazón y las entrañas han sido condenados. La razón racionalista ha creído no necesitar de la carne, y la ha abandonado. Y el resultado ha sido un mundo en el que el hombre continua sin encontrar su verdadero lugar y sin poder realizar su vocación.
Por todo ello, es urgente rescatar lo que ha sido históricamente olvidado, para lo cual habrá que ejercer un nuevo modo de conocimiento de la realidad, diferente al de la razón que ha dejado fuera de sí al corazón. Ese nuevo modo de conocimiento es la razón poética. Filosofía y poesía no tienen porque caminar separadas; es más, si el hombre quiere vivir plenamente, debe aprender a armonizar ambas. La razón poética es la conjunción de filosofía y poesía, y a través de la razón poética pretende María Zambrano iniciar el proceso de salvación de aquello que había sido condenado en el hombre. La filosofía de María Zambrano pretende ser filosofía salvadora.
Podemos caracterizar la razón poética señalando las siguientes características:
- Razón abierta: la razón poética está abierta a la realidad y quiere dejar que esta se le revele libremente, sin imponerle los parámetros de la razón racionalista.
- Razón metafísica: la razón racionalista es una razón científica que busca una verdad lógica, mientras que la razón poética es metafísica, pues busca una verdad total, global y, sobre todo, vital.
- Razón contemplativa: la razón poética no es razón violenta, que fuerce a la realidad y dañe al hombre, sino razón no-violenta y pacífica, razón de la paz.
- Razón sentiente: la razón racionalista minusvaloraba el conocimiento sensible. María Zambrano quiere recuperar los sentidos, pues cree que toda inteligencia es inteligencia sentiente.
- Razón entrañable: las entrañas son las profundidades del hombre, y al no entrar en el campo de lo racional habían sido excluidas de la vida. La razón poética quiere no sólo tenerlas en cuenta, sino nacer desde ellas.
- Razón creadora: la creatividad es una de las notas características de la razón poética; es una razón fecunda que engendra vida.
- Razón religada: si la razón racionalista buscaba a Dios entre las ideas (una Idea que fundamentase a las demás ideas), la razón poética, que no se mueve entre ideas sino en la realidad, quiere nacer desde el fundamento de esa realidad y desarrollarse en él. Por eso la razón poética es razón ligada religiosamente (religada) al fundamento de lo real.
- Razón cordial: para María Zambrano ese fundamento de lo real es el Amor, Dios que es Amor, por lo que la razón poética es el ejercicio del amor en el ámbito del conocimiento. ¿Cómo se ama conociendo? A través de la razón poética.
- Razón fraternal: ese amor del conocer es una expresión más del amor hacia toda la realidad, entre la que destaca el ser humano, por eso la razón poética es razón dialógica y fraternal, camino hacia la comunión en el amor.