El personalismo comunitario es una filosofía de la vida cuyos principios básicos son los siguientes:
1. Primacía de la persona sobre cualquier otra realidad. La persona es valiosa en sí misma, digna, y desde el reconocimiento de su valor debe ser configurado el mundo.
2. La esencia de la persona es el amor, que es aquello por lo que venimos a la existencia -soy amado, luego existo- y aquello sin lo cual nuestra existencia parece carecer de sentido. Por lo tanto, la realización personal sólo será posible a través del ejercicio del amor, virtud relacional, que se concreta en la realización de los valores: paz, libertad, fraternidad, amistad, justicia...
3. El hombre es un ser comunitario. Si el amor es la esencia de la persona, entonces sólo en la relación de amor con el otro puede el hombre alcanzar a realizar su vocación. No habrá revolución personal que no sea social, y tampoco a la inversa.
4. El mundo necesita ser transformado para acoger a la persona, para ser un hogar de solidaridad, justicia y paz. Por eso el personalismo no es teoría sin más, sino teoría que alumbra un nuevo modo de ser hombre, para hacer posible un mundo mejor.
Por fidelidad al valor de la persona, los personalistas comunitarios estamos comprometidos con la realidad, fundamentalmente con la de aquellos cuya dignidad es atropellada, e implicados en la transformación del mundo.